Cada que ocurre algún fenómeno económico, especialmente negativo (caso “cracks financieros”), son varios los niveles de análisis y explicación de los mismos; especialmente, en los países en vías de desarrollo. El primero y más confuso, es el análisis periodístico o mediático. El segundo, y más controvertido, es el que hacen los políticos. Los historiadores, son un tercer grupo de análisis y opinión. Finalmente, estarían los análisis y explicaciones que dan los Economistas. En el caso del tratamiento mediático, de los fenómenos económicos, lo más resaltante es su carácter diverso, confuso y de bajo nivel técnico o teórico. Una gran mayoría de periodistas, reporteros, entrevistadores, etc., tienen muy poca o nula formación en Economía; por lo que, el tratamiento y difusión de la información económica es muy pobre, pero generadora de fuertes inquietudes negativas. El tratamiento político, de los fenómenos económicos, además de diverso es controvertido; por la deficiente formación e información en Economía (de muchos sectores políticos) y por la fuerte presencia o manejo de enfoques ideológicos. Lo controversial, no solo se refiere a la existencia de posturas contrapuestas (por ej. izquierda y derecha); sino que, al interior de ciertas posturas (por ej. en la izquierda), existe una variedad de opiniones; sin que sea posible comprobar cierta coherencia entre ellos. Las explicaciones que realizan los historiadores, de los fenómenos económicos; básicamente, son de comparación con otros similares -ocurridos en el pasado- y de registro de lo acontecimientos; en medio de un pobre análisis y lexicografía económica; asociado a enfoques e intereses particulares. En cuanto al análisis y explicaciones que hacen los Economistas; también, hay ciertas diferencias; no tanto de enfoque teórico o académico; sino de cantidad y/o calidad de la información. Vistos en conjunto, dada las diversas formas de trato, análisis y explicación de los hechos y/o fenómenos económicos, éstas terminan generando una gran confusión en la opinión pública; determinando y/o condicionando muchas decisiones bajo riesgo e incertidumbre. Intentaré desarrollar, brevemente, el nivel político y económico del análisis observado en la presente crisis financiera. De manera tradicional, las opiniones políticas –aun- se diferencian por su carácter o determinante ideológico: de izquierda o derecha. Para los sectores de izquierda más retrógrados, la crisis financiera actual es por el carácter “endémico” del “sistema capitalista”; por lo que debe ser liquidada y plantean como alternativa pasar al “sistema socialista planificado”. Históricamente, ésta opción es la que realmente fracasó. Una versión ultima, pero radical -de ésta tendencia-, es la que plantea que el Estado debe tener una mayor presencia en la economía; pero, no como regulador; sino, como agente activo ( ej: Tener empresas públicas; estatizar empresas consideradas “estratégicas”; etc.) También, prescriben introducir ciertas distorsiones al mercado; como el control de precios, salarios, tipo de cambio y una diversidad de subsidios insostenibles (tarifas sociales en agua, luz, etc.). Esta es básicamente la línea económica de Chávez (Venezuela), Morales (Bolivia), Correa (Ecuador) y los Kirchner en argentina. Sin embargo, existen sectores de izquierda renovados (socialistas y social demócratas modernos); que, a partir de respetar las prescripciones de la ciencia económica, señalan que la crisis estaría determinada por la excesiva creencia en la “libre oferta y demanda” que equilibran los mercados; por lo que prescriben una mayor presencia del Estado en la Economía, como regulador. Esta es la línea de Bachelet (Chile), Lula (Brasil) y Rodríguez Zapatero (España). Los comunistas Chinos, estarían también en esta línea de pensamiento; con medidas, cada vez mas audaces, para seguir creciendo en todas las fases del ciclo económico mundial. En cuanto a los sectores políticos, considerados de “derecha” (liberales y/o conservadores); éstos, en sus análisis de los fenómenos económicos, comparten y defienden los argumentos de la ciencia económica neoclásica; aunque discrepan en ciertos énfasis que deben tener las políticas publicas. Los conservadores, a diferencia de los liberales; son más partidarios del libre comercio, baja imposición y de una menor intervención y distorsión en la Economía. Las verdaderas diferencias, entre conservadores y liberales, están más en lo político y social: divorcio, aborto, inmigración, matrimonios gay, etc. En cuanto a la actual crisis financiera, aunque hay matices, ambos sectores la explican por “fallas del Estado” en las regulaciones de los “fallos de mercado” presentes en el sector financiero y bursátil. Ambos están de acuerdo en que el Estado cumpla con su papel estabilizador en la crisis; no solo interviniendo las instituciones financieras; sino también, asumiéndolas temporalmente por insolvencia y para evitar fuertes impactos de la crisis financiera en el sector real. En medio del debate, entre Economistas, respecto a la crisis actual; asociado a un amplio consenso en los análisis y soluciones; se intenta desempolvar la supuesta contradicción entre Neoclásicos y el pensamiento de J.M. Keynes; respecto al rol del estado en la Economía. Cuando una economía entra en crisis y, especialmente, en recesión; la ciencia económica asume como necesaria y correcta una intervención del Estado; para restablecer el equilibrio, estabilizarlo y devolverlo a la senda del crecimiento. Todo esto, se hace respetando el funcionamiento del mercado y su sistema subyacente de libertades económicas y políticas. Este es el gran aporte de Keynes -a la ciencia económica- y no es contradictorio con el pensamiento económico neoclásico; que reconoce esta función fiscal estabilizadora de los Estados. La forma concreta de aplicar la receta Keynesiana, en estos tiempos, sin duda; debe considerar los grandes cambios ocurridos en la economía mundial desde la época de la Gran Depresión en EEUU (1929). Algunos de esos cambios son: el carácter abierto y descentralizado de las economías, en la actual aldea global; el gran peso del sector financiero en las economías de ésta época y el papel del Estado, en el desarrollo de una buena institucionalidad económica, para garantizar el adecuado funcionamiento de los mercados en la asignación racional y paretiana (sin perdedor) de recursos escasos. Keynes, es el traumatólogo de la Economía; cuando está en crisis. No por gusto, a Keynes, se le denomino “el salvador del capitalismo”; por lo que no es correcta la actitud, de ciertos “Economistas neo keynesianos”, de prescribir y justificar activas intervenciones públicas y distorsionadoras de los mercados; cuando éstos, están funcionando adecuadamente. Finalmente; comento, en coherencia con lo analizado, la actitud de ciertos gobernantes, ante la crisis actual. En el caso de Hugo Chávez, con la estatización de ciertas instituciones financieras insolventes, por Estados solventes; cree haber recibido la aprobación de la historia a sus estatizaciones anti empresa privada. Ante la reducción del precio del petróleo (desde 150 a 60 dólares barril), no tuvo mejor idea que participar de la decisión del cartel del petróleo (OPEP) de “reducir la producción” para evitar mayores caídas del precio. Aunque sigue anunciando el “final del neoliberalismo”, lo que podría llegar al final es el financiamiento y fracaso de su alevoso proyecto de expandir su “socialismo moderno”; por evaporación de sus divisas. Chávez, sin petrodólares, no es nadie. En el caso de Argentina; la decisión de los Kirchner, de “estatizar las AFPs” con el infame argumento de la crisis financiera, es solo una cortina de humo para encubrir el fracaso de sus políticas distorsionadoras que ha llevado a la insolvencia fiscal, al Estado argentino; agravada por la reducción de sus exportaciones. Para la ciencia económica, con la Sra. K, Argentina vuelve a reeditar su irreconocible economía; haciéndose mas vulnerable su, tradicionalmente incierto, proceso político. Que diferente, la actitud de los Socialistas Bachelet y Lula; que caracterizando la crisis como una combinación del “afán de lucro” de algunos (especuladores) asociado a la falta o relajación del rol regulador de algunos Estados desarrollados; y lejos de anunciar el fin de la economía de mercado; vienen implementando, al igual que la mayoría de los Gobiernos en el Mundo, prudentes medidas estabilizadoras y fortaleciendo el rol regulador de sus Estados.
(*) Docente UNSAAC. http://davilarojas.blogspot.com/