lunes, 10 de agosto de 2009

¿QUIÉN DEFIENDE A LA CLASE MEDIA EN EL PERU?

Por: Dr. Carlos A. Dávila Rojas.

Desde hace mucho tiempo y al igual que en la gran mayoría de los países en vías de desarrollo, en el Perú, el debate y deslinde político y programático sigue polarizado entre pobres y ricos. Un punto bien alto ocurrió en la campaña electoral del año 2006, cuando el candidato Alan García (APRA) acusó a Lourdes Flores (UNIDAD NACIONAL), de ser la “candidata de los ricos”. El año 2008, Lourdes devolvió el ataque a Alan, acusándolo ser el “gobierno de los ricos”. En los países pobres, hay bastante clase política que actúa en base a ideologías, especialmente marxista; que ha impregnado la actual polarización pobre – rico, como ultima versión de la contradicción burguesía versus proletariado o derecha versus izquierda. Según ellos, el mejor partido político y/o el buen gobierno es aquel que ayuda a los pobres. Sólo quien más da y defiende a los pobres es mejor y vice versa. Lo curioso en estos deslindes es el carácter semántico o verbal de las definiciones; sólo basta declararse de izquierda y/o hablar a favor de los pobres, aunque se viva como rico o se aspire a serlo. Igualmente, son los grupos y personas, denominados de izquierda, los únicos con “autoridad moral” para clasificar al resto como de “de izquierda” o “derecha”. Ser catalogado de “derecha” o “neoliberal”, como su sinónimo actual, es casi equivalente a ser descalificado personal, moral, política y socialmente. Es tan fuerte esta membretización unilateral, que hasta el dueño del Banco de Crédito, el mas grande del país (Dionisio Romero) y algunos nuevos ricos (el chef Gastón Acurio) se han auto clasificado y blindado como “de izquierda”.

Durante muchos años, hemos tenido Gobiernos que distorsionaron la organización y funcionamiento de la economía, orientados por la visión polarizada ricos vs pobres. Pensando favorecer a los pobres afectaron a los ricos y también a la clase media. Luego, con los procesos de ajuste y como resultado de programas de modernización económica y política, en los países en desarrollo, se denuncia que los beneficiarios de las reformas han sido sólo los ricos. Las cifras de la distribución de la riqueza así lo confirman; pero, lo que no se puede demostrar es que esa riqueza está directamente relacionada a reformas o políticas públicas a favor de ellos. Un país que garantiza la estabilidad y confianza atrae inversiones; por lo que el crecimiento y participación relativa de los beneficios o utilidades son mayores a los salarios, los intereses y las rentas. Seguidamente, asociado a los procesos de expansión o crecimiento económico, en los países en desarrollo, se observan grandes transformaciones socio-económicos e institucionales; en cuyo interior vienen resurgiendo y creciendo sectores sociales intermedios; denominados de clase media y ubicada entre los pobres y los ricos. Desideologizando el análisis y sin entrar en exquisiteces ni debates teóricos, con los sociólogos y politólogos, en la apreciación y caracterización de lo que son las clases medias, se pueden observar las siguientes características. Se trata de amplios segmentos poblacionales urbanos compuestos por medianos empresarios y los profesionales y técnicos que laboran en el sector privado, público y de manera independiente. Muchas familias y personas de la clase media siempre lo han sido, tradicionalmente. Otros, provienen de los sectores pobres que con esfuerzo y pujanza han derrotado a la pobreza mejorando sus condiciones socioeconómicas. Estos sectores son aquellos que han internalizado y comprobado el papel de los servicios de educación y salud como inversión en capital humano y vía de ascenso o movilidad social. Las familias de la clase media son modernas en sus hábitos de vida y consumo; bigeneracional, con uno o dos hijos, padres insertos en el mercado laboral, etc.

Dado sus altos niveles de ingreso familiar mensual (entre 02 y 10 mil dólares), su consumo es gravitante en la dinámica económica de un país. Son los sostenedores de la expansión de sectores eslabonadores de la economía, como la industria de la construcción. Son estos sectores los que traducen en consumo presente sus ingresos futuros. Son los que no disminuyen su consumo corriente si disminuyen, sólo temporalmente, sus ingresos y mueven una gran cantidad de servicios de crédito. En épocas de crecimiento expanden la demanda agregada y en épocas de recesión –si no tienen asegurados servicios de crédito-, la contraen significativamente; especialmente en bienes suntuarios del sector servicios que tienen fuertes impactos en el empleo. Tributariamente, la clase media, es la que sostiene un buen porcentaje de los ingresos del Estado; porque casi todos son contribuyentes. En nuestro país, la clase media estaría en proceso de formación. Las clases medias bajas (con ingresos familiares entre 02 y 04 mil dólares mensuales), estarían básicamente en provincias de la sierra; la clase media media (con ingresos familiares mayores a 04 mil y menores a 07 mil dólares mensuales), estarían básicamente en provincias de la costa y en los conos desarrollados de Lima; y, la clase media alta (con ingresos familiares entre 07 mil y 10 mil dólares mensuales), estarían básicamente en los distritos modernos de Lima.

Políticamente, la clase media, asociado a su maduración, es la vigilante y garante de la democracia; impiden que los extremos (de izquierda o derecha) capturen el gobierno, para promover sólo sus intereses; es la que más valora los servicios de seguridad ciudadana y justicia; dado sus ingresos, patrimonio y transacciones, por lo que es la más interesada en la Reforma del Estado para mejorar esos y otros servicios públicos. Tenemos que reconocer que el crecimiento y consolidación de nuestra clase media, será -tal vez- la verdadera garantía de defensa, retroalimentación y fortalecimiento de nuestro sistema político (democracia) y económico (de mercado). En el desarrollo de sus aspectos éticos, las clases medias ven con muy buenos ojos la ayuda pública a los sectores pobres; aunque son exigentes en los diseños, eficacia y despolitización de los mismos. Tampoco llegan a tenerles envidia a los ricos, porque reconocen que es factible llegar a serlo, sin perjudicar a nadie. Especialmente en épocas de crisis, los gobiernos no tienen ni impulsan políticas públicas para reconocerlos y/o cooperar con sus esfuerzos. En cambio, para los pobres, siempre estará el Estado y los ricos, se defienden solos. ¿Quién defiende a la clase media?

Actualmente, en nuestro país no es visible reconocer algún partido político que represente auténticamente a la clase media. ¿Alguien podría decir, qué política del gobierno actual intenta defender o apoyar a los sectores medios, pero sin subsidios ni transferencias? ¿Existen temas o políticas que puedan ayudar las clases medias a seguir adelante? Si partimos reconociendo que la clase media son sectores que aspiran a tener casa, automóvil y vacaciones; es factible identificar un conjunto de políticas que pueden atraer esos intereses. De manera inicial cito y explico, brevemente, dos posibles políticas que los pueden favorecer. Una primera, sería la autentica reforma del Estado que convoque y capte a buenos profesionales en un esquema meritocrático y bien remunerado. Es conocido que a la clase media le gusta hacer bien las cosas; que tienen incentivos para ser el sector social de donde provengan resultados culturales asociados a la excelencia profesional, la honestidad y la vocación de servicio. La reforma del Estado, seria un escenario en el que la clase media vea oportunidades de empleos bien remunerados a cambio de sus calificadas labores técnicas y profesionales. Un segundo tema, o política, que puede beneficiar a la clase media sería garantizarles ciertos servicios estratégicos, como el crédito o financiamiento a largo plazo, para fines de desarrollo empresarial, adquisición de viviendas, automóviles, inversión en educación, salud, ocio (ej. Turismo), etc.

Por todo lo expuesto, se hace necesario que en nuestra clase política empiecen a formarse grupos y líderes que representen a estos sectores. Aunque los partidos políticos se distinguen entre si, por sus visiones de bienestar; deben abandonar el tradicional y estéril estilo ideologizado y polarizado de ver en nuestra sociedad solo pobres y ricos; deben incorporar y defender en sus propuestas programáticas los intereses de todos los componentes de la sociedad y expresarlos en políticas públicas reales, tal como se observan en los partidos políticos y gobiernos de los países modernos.

(*) Docente Unsaac. http://davilarojas.blogspot.com