INCIERTO ESCENARIO
DEPRESIÓN DEL TURISMO REGIONAL.
Por: Carlos A. Dávila Rojas.
Las declaraciones de Rocío Barrios,
Ministra de Comercio Exterior y Turismo, que el sector del turismo receptivo “se
recuperará el año 2026”, revela la depresión en este sector tan importante para
el país y especialmente para la Región Cusco.
La recesión económica por la
Pandemia COVID-19 es mundial y sigue generando desempleo, reducción o pérdidas de
ingresos y muchos decesos, sobre todo de adultos mayores (población de mayor
participación en la demanda de turismo histórico cultural, en segmentos altos y
medios, que es la mayoritaria de nuestra oferta turística regional).
Muchos clústeres de soporte que
movían el turismo han quebrado. Están gravemente recesados los servicios de
transporte aéreo, marítimo, terrestre, hospedajes, alimentación, la producción artesanal,
entre otros.
Por economía, sabemos que los
individuos dividen y dedican su tiempo en trabajo y ocio. El ocio involucra todas
las actividades de descanso, diversión y entretenimiento. Igualmente, la teoría
económica, señala que los individuos destinan sus ingresos al consumo y el
ahorro. El turismo puede ser considerado como la primera de las actividades de
ocio a la que siempre se le destina grandes cantidades de ahorro.
Actualmente, un significativo
porcentaje mundial de trabajadores, empleados y empresarios han perdido sus
fuentes de ingresos; no sólo carecen de recursos destinados a las necesidades
básicas, sino también se han reducido drásticamente sus ahorros, especialmente,
los destinados a la actividad turística (bienes/servicios de lujo).
En el plano sanitario, las
restricciones para viajes se mantendrán por algún tiempo. Al parecer, solo el
descubrimiento de una vacuna efectiva contra el Covid-19, de certificada
calidad, eficacia internacional y su aplicación masiva a la población mundial
conseguirá la recuperación de empleos, ingresos y ahorros; que, poco a poco,
posibilitarían reiniciar los viajes turísticos masivos.
Salir de la recesión y depresión
económica tardará. Los analistas económicos han señalado que se necesitan
mínimo 10 años para recuperar el nivel de la actividad económica, los ingresos
y empleos que tuvimos hasta inicios de este año.
Es en este contexto, que la
ministra Rocío Barrios considera que las actividades del turismo receptivo
internacional podrían recuperarse desde el año 2026. El Cusco vivía del turismo,
pero ahora y por algunos años más será afectado por la depresión de este sector
importante de nuestra economía.
Necesitamos valorar las
alternativas de compensación ante las pérdidas en turismo. Al menos, en términos
de ingresos, empleo directo e indirecto y de manera rápida, las actividades e
inversiones en minería podrían compensar, en algo, las pérdidas que nos deja la
depresión turística.
No es muy cierto, que la
actividad agropecuaria es otra, ni la mejor, alternativa. Aunque nuestros
productores agropecuarios siguen mejorando la productividad e introduciendo
innovaciones apoyados por los profesionales y especialistas del sector público
y privado, la restricción más seria, en el sector, es que no hay mucha frontera
agropecuaria para expandir la superficie cultivable.
Además; la depresión turística, el
desempleo y las pérdidas de ingresos han reducido la demanda y los precios de muchos
productos agropecuarios y se han debilitado los eslabones de muchas cadenas
productivas. Recordemos, además, que los empleos que ofrece el agro no son
calificados.
Si bien es cierto, los
empresarios del deprimido sector turístico y autoridades gubernamentales vienen
buscando formas de apoyo al sector en sus problemas inmediatos (deudas
laborales, financieras, etc.); y, se están capacitando en protocolos, asociados
a un eventual impulso del turismo nacional; estas medidas no serán significativas
por la enorme reducción de ingresos y empleos por la recesión económica.
Muchos empresarios ya han
empezado a reorientar sus actividades (alquiler de locales, transporte, etc.).
Hasta el 2026, es difícil imaginar la conservación de los componentes de
nuestra cadena de valor turística. Gran parte de los eslabones turísticos
desaparecerán. Probablemente surjan productos turísticos virtuales, sin impacto
significativo para la economía regional. El cuidado y mantenimiento de nuestro
patrimonio arqueológico no puede ser abandonado.
Asociado a la inquietante amenaza
intervencionista de un supuesto “Nuevo Orden Mundial” y al avance de tele
actividades, para el 2026, podríamos tener un nuevo escenario en nuestro sector
turístico; con nuevos productos, servicios, actores empresariales, etc.
Sería muy conveniente, que
nuestros actuales actores turísticos, independientemente de la pragmática reorientación
de sus actividades, le hagan seguimiento al proceso de cambios estructurales
que se darían en el futuro para garantizar su permanencia y continuidad en esos
escenarios.